11/8/07

La teoría literaria de Milan Kundera o un autor en busca de personajes dentro de sí mismo.


"Como dije ya, los personajes no nacen como los seres humanos del cuerpo de su madre, sino de una situación, una frase, una metáfora en la que está depositada como dentro de un nuez, una posibilidad humana fundamental que el autor cree que nadie ha descubierto aún o sobre la que nadie ha dicho aún nada especial.

¿Acaso no es cierto que el autor no puede hablar más que de sí mismo?

Mirar con impotencia el patio y no saber qué hacer; oír el terco sonido de las propias tripas en el momento de la emoción amorosa; traicionar y no ser capaz de detenerse en el hermoso camino de la traición; levantar el puño entre el gentío de la Gran Marcha; hacer exhibición de ingenio ante los micrófonos secretos de la policía; todas esas situaciones las he vivido yo mismo, sin embargo de ninguna de ellas surgió un personaje como el que soy yo, con mi curriculum vitae. Los personajes de mi novela son mis propias posibilidades que no se realizaron. Por eso les quiero por igual a todos y todos me producen el mismo pánico: cada uno de ellos ha atravesado una frontera por cuyas proximidades no hice más que pasar. Es precisamente esa frontera (la frontera tras la cual termina mi yo), la que me atrae. Es más allá de ella donde empieza el secreto por el que se interroga la novela. Una novela no es una confesión del autor, sino una confesión sobre lo que es la vida humana dentro de la trampa en que se ha convertido el mundo. Pero basta. Volvamos a Tomás."



La insoportable levedad del ser
Milan Kundera



Este fragmento de la novela del checo Kundera sintetiza el especial modo de entender la creación literaria por parte de este autor. Incluidas dentro de la trama, las palabras en primera persona del escritor rompen con la atmósfera de ficción que hasta entonces embelesaba al lector y apelan a una realidad concreta, la del propio autor frente a su obra y su manera de entender el arte de la literatura. Confiesa, por un lado, la base autóbiográfica de las historias de Tomás, Teresa, Sabina y Franz, pero advierte, por otro, todo lo que tienen de imaginado y nunca vivido por él. Sus personajes representan cada uno de sus "yo" irrealizados, todas las vidas que pudo escoger Kundera y deshechó, pero vidas que anidan, al menos en potencia, dentro de él.

Además de una recreación del ambiente de la Praga comunista, además de toda la carga filósofica y teórica de la novela (ésta siempre asumible por un lector medio, si hemos de decir la verdad, cumpliendo así una de las grandes virtudes atribuibles a este texto), además de todo lo dicho y su estilo impecable, conciso pero expresivo, y de una escritura que juega con la repetición de motivos cuyo significado va ensanchándose a medida que nos adentramos en la trama-puzzle, además de todo ello, digo, están las historias, las VIDAS de los cuatro personajes, y de los dos más protagonistas, Tomás y Teresa.

La arquitectura interior de estos dos seres tan distintos y, tal vez por ello, tan complementarios, sus sufrimientos más íntimos, sus obsesiones, sus principios, los detalles que dan forma a todo ser humano, esencialmente contradictorio y expuesto al dolor y a la duda, están tan soberbiamente dibujados que cuesta creer su no-existencia real. Las líneas más arriba transcritas sirvan, tal vez, para entender la espléndida construcción de estos personajes, pues el autor los concibió como otras tantas realizaciones de su yo, los supo dotar de tal "verdad" como la que el propio Milan Kundera atesora. Son más personas que personajes porque son los "Milan Kundera" que pudieron ser y el checo decidió anular y aprovechar como material literario. Pero, ¿no será acaso esta la misma estrategia que usan tantos y tantos escritores para dar vida a sus seres en la ficción?
(Ilustración: Klein)

17 Comments:

Blogger Gatito viejo said...

Me gusta esta teoría de Kundera: creación de personajes como posibilidades de sí mismo. Me parece muy muy atrayente este desarrollo. Desde este punto de vista no me extraña que sus personajes sean tan ricos.
Muy acertado tu acercamiento a Kundera, Pies, me ha interasado mucho.
Un abrazo.

08:52  
Blogger pies diminutos said...

Gracias por pasarte por aquí, Gatito, siempre es un placer! Has entendido perfectamente lo que quería transmitiros con mi reseñita. Me alegra que te haya gustado. Un beso fuerte!

07:13  
Blogger Pablo.- said...

Muy acertada la ilustración, Yves Klein, también una búsqueda sutil aunque de otro orden, encontró en lo profundo de la reflexión sobre el arte, lo trivial para el pintor: un color.

En cuanto a la reflexión de Kundera (otra vuelta a lo trivial desde muy adentro de la literatura), creo que se lo voy a comentar a Balcius, le va a gustar mucho la idea. ;)

13:03  
Blogger pies diminutos said...

Gracias, Balcius, por percibir sagazmente el paralelismo entre texto e imagen. Siempre trato de que exista una correspondencia entre las ideas de mi escrito y la ilustración y en este caso estaba bastante orgullosa, tras múltiples dudas, de la elección de la imagen.

Klein juega con los cuerpos repetidos de sus modelos en trabajos donde todas las marcas dejadas pertenecen a la misma persona pero cada imprenta es distinta a la otra, como cada personaje de Kundera le pertenece y es "otro" a su vez.

Balcius, saluda a Balcius de mi parte. :-)

00:11  
Blogger Pablo.- said...

La rotunda afirmación de Kundera entra en cierta contradicción con el titubeo (tal vez aun más rotundo) de Unamuno. Me gustaría tener tiempo de desarrollarlo, pero por ahora me he limitado a recuperar "cómo se hace una novela", con sus profundas implicaciones sobre el acto de escribir, de leer, la intrahistoria del personaje o la fragmentación de lo eterno y lo uno. Si bien Unamuno arrastra el prejuicio católico, su indecisión nos hace descubrir mil posibilidades, que ligan al personaje con su autor pero también con su lector, el tiempo de la novela con el tiempo físico, nuestra vida con la historia de nuestra vida, ....

El tema es apasionante.

Lo de las ilustraciones de tus textos siempre me ha llamado mucho la atención, haces unas relaciones muy efectivas y a veces poco evidentes, pero siempre invitan a reflexión: en la mera relación entre texto e imagen hay una reflexión intensa. Un beso, pies diminutos, de parte del autor de este personaje que escribe.

03:50  
Blogger pies diminutos said...

Siempre anotando ideas pertinentes y sugestivas, gracias Balcius. Supongo que cuando escoges como contraejemplo de Kundera a Unamuno, lo haces pensando en "Niebla" y la posición del autor frente a su protagonista en esta "nivola". El protagonista, Augusto Pérez, se rebela contra el propio Unamuno, porque se da cuenta de que no es más que un ser de ficción, manejado al capricho del autor, y le recuerda que también él, Unamuno, como ser humano, depende del capricho de Dios. Vamos, que en el fondo son iguale aunque don Miguel no quiera verlo. Pero me gustaría que desarrollarás más la oposición entre Kundera y Unamuno si te apetece, claro, porque me interesa saber exactamente a qué te refieres.

Gracias por reconocer la labor de paratexto de mis imágenes, su función como agentes que invitan a la reflexión.

Besos!

04:23  
Blogger Hilvanes y Retales said...

Hay mi D. Miguel. Nadie insufló de tanta vida a sus personajes. Habláis de Niebla, pocos casos deben de existir donde el personaje se revele contra el escritor.

Pero Unamuno estaba poseído de sí mismo y esta circunstancia es la que le llevo a estar lleno de contradicciones y de desvelos, de deseos, de luchas, de inquietudes. Me sigue desgarrando su Diario Íntimo.

Los personas que traspasan el papel solo pueden hacerlo cuando son una prolongación del autor, y estos personajes que van allá de la historia, tienen vida propia, ya lo decía D. Leoncio en Niebla “no metáis en la cabeza lo que os quepa en el bolsillo! Para que meter en una novela a determinados personajes si son autónomos y tienen vida propia.

00:35  
Blogger pies diminutos said...

Gracias por intervenir, Hilvanes!

Verdaderamente, los personajes que siempre se recuerdan son los que trascienden el papel para convertirse en seres de carne y hueso ante el incauto lector.

Para mí, no hay nada más admirable en literatura que la creación de un personaje contradictorio, porque los seres humanos lo somos por naturaleza, continuamente nos estamos contradiciendo pese a no darnos cuenta de ello, y un personajes jánico, con múltiples caras y vertientes, es el que se opone al aburrido personaje lineal o plano, casi un arquetipo, personaje que nos suele dejar indiferentes. Con los personajes complejos es más fácil identificarse, pese a la distancia entre ellos y nosotros, por el simple hecho de carecer de una personalidad monolítica.

Un personaje fabulosamente bien construido, con sus peculiaridades y sus contradicciones, desde mi punto de vista, es el Julian Sorel de “Rojo y Negro”, al que Stendhal supo magistralmente insuflar de vida.

Otra obra literaria donde los personajes se rebelan ante el autor, tratando de defender su “vida” y su autonomía, es la de Luigi Pirandello, “Seis personajes en busca de autor”, todo un manifiesto a favor de la libertad por parte de los seres de la ficción.

Un abrazo!

02:48  
Blogger Hilvanes y Retales said...

Tengo Seis personajes en busca... pero aún no lo he leído. Lo voy a llevar al cuarto de costura, así estará más próxima su lectura. Los personajes de Italo Calvino, son también dignos, yo aún no he conseguido desprenderme de Cósimo Piovasco.

03:27  
Blogger Pablo.- said...

En pirandello lo que es autónomo y fatal, lo que tiene que ser por dentro y por fuera del teatro, no son tanto los personajes como la tragedia.

Si Unamuno (y otros) buscan la persistencia del ser literario en el tiempo de la historia, el caso de Seis Personajes es distinto: busca una acción. La tragedia es la que se realiza, la que vive dentro del teatro. Aquí no se trata tanto de tiempos superpuestos, como de la intensidad dramática de un acto a través de su impacto, de su huella en la vida. En este sentido, más intensamente que Pirandello, apuntaría la potencia del acto dramático y su forma de entretejerse con la vida del personaje, del actor, del espectador, en las obras de Jean Genet. Cualquiera de ellas, pero muy especialmente "Las Criadas".

Muy bien apuntado lo de Stendhal, muy sutil. (Al apuntar a Genet sigo vuestro hilo argumental, pero me alejo mucho de Kundera)

05:07  
Blogger pies diminutos said...

No he tenido aún el placer de leer a Genet, pero tuve hace un par de cursos un profesor que adoraba sus obras, tengo una cuenta pendiente con él... Como tampoco he podido leer aún el Barón Rampante, uff! Qué vida tan corta para tan maravillosos autores y libros!

Tal vez tengas razón con lo de Pirandello, Balcius, y en la obra prima el drama sobre la importancia de los personajes, pero quería referirme a ella como una obra literaria que juega con la figura del personaje de un modo nada común, simplemente.

Me ha encantado charlar con vosotros, de verdad.

Un abrazo!

07:34  
Blogger Rain en ZQ. said...

El lector asume una relación con los personajes cuando la novela, logra que eso suceda porque transmite la corporeidad, las sensaciones, el vasto campo codificado. Así me sucedió con Los detectives salvajes, novela de Roberto Bolaño, entrañable.

Y bien, lo interesante es cómo sustenta Kundera, su ahondamiento de los personajes. A veces creo que si yo escribiera una novela, mas bien delinearía personajes de contraste con lo que soy, mas sin duda algunos gestos propios aparecerían...

Abraxos Pies diminutos.
(Me gusta llegar a tu espacio).

Te escribo en la madrugada después de que ha pasado el temor a un Tsunami en Lima.

01:29  
Anonymous Anónimo said...

Hola Pies, es la primera vez que te visito y tu recensión me ha parecido muy concisa y acertada. Si los personajes no nacen -como dice Kundera- del cuerpo de su madre, sino de una frase, una situación o una metáfora, yo tengo que añadir que el ser humano, si bien nace de un cuerpo también lo hace y se constituye a partir de ese otro Gran Cuerpo que es el lenguaje, y que además de vehículo es un constructo fundacional del ser en el mundo.
Elipsis.

02:08  
Blogger pies diminutos said...

Hola Rain, gracias por tu colaboración. Yo no sé si sabría crear personajes totalmente opuestos a mí, porque me es muy complicado escribir sobre lo que no conozco, pero evidentemente, ahí está la maestría de los escritores. ¿Puedes creer que aún no he leído nada de Bolaño?

Desde aquí seguimos expectantes todo lo sucedido en Lima, es terrible, terrible.


Anónimo, gracias por adentrarte en mi espacio, espero tenerte por aquí más a menudo. Y suscribo lo dicho por ti, todos, personajes en la ficción y personas en la realidad, somos posibles tal y como nos reconocemos, gracias a la mater lengua. Sin ella, tendríamos la conciencia de una roca.
besos!!

12:26  
Blogger memento said...

La verdad es que intenté leer este libro hace unos quince años, y no pude con él. Quizá algún día lo intente de nuevo.

05:28  
Blogger Claudia Batista said...

Definitivamente, y es una estrategia inconsciente mia tambien. Como pintora, siempre descubro que cada uno de mis personajes (animales, plantas, humanos)son un aspecto de mi o de lo que quisiera ser. Es que para que un personaje grite lo que es, uno tiene que gritar a traves de ellos. Me gusta tu blog. Y eres super joven! y Milan Kundera de mis preferidos. Felicidades!

19:10  
Blogger Francisco Sianes said...

Más madura, menos artificosa, más artística y humana en suma "La insoportable levedad del ser" encuentro "La ignorancia", que os recomiendo fervientemente.

Acabo de descubrir tu blog y me gustaría extenderme más; pero no quiero ser impuntual: que Kundera no vale la bofetada que pueden llegar a darme.

Un saludo.

13:54  

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