5/11/07

La amistad del cine y la literatura


Últimamente ando disfrutando de películas basadas en obras de teatro del dramaturgo norteamericano Tenessee Williams. Se trata de historias que transcurren en ámbitos cerrados donde la interpretación del actor resulta fundamental para mantener la tensión dramática y donde el texto es la pieza clave generadora de placer estético.
Como la literatura es mi arte preferido y no soy excesivamente cinéfila, podría decir que la calidad del guión es lo que más me interesa de una película. Quizá por ello Un tranvía llamado deseo, De repente el último verano y La gata sobre el tejado de zinc me han seducido tanto, porque detrás se nota la presencia de una pieza literaria teatral.

Se suele recalcar que las adaptaciones de grandes novelas al séptimo arte resultan un fracaso. La altura del texto supera la de la versión filmada invariablemente. Sin embargo, tres de mis preferidas novelas del XX español, La Colmena, Los santos Inocentes y Réquiem por un campesino español, poseen unas versiones fílmicas que no desmerecen en nada a las escritas. Y son adaptaciones muy fieles al texto que no por ello abandonan el uso apropiado de los recursos característicos del cine para hacer brillar más las obras (la música, la luz, las voces, el juego de la cámara, etc.).

Del panorama actual destaca Arturo Pérez-Reverte. El maestro de esgrima, La tabla de Flandes, Territorio Comanche, La carta esférica, La novena puerta, Alatriste... Cada vez es menor el número de sus obras no llevadas a la gran pantalla, al parecer su novelística posee unas características que la acercan al lenguaje fílmico.
Por otro lado, todos podemos pensar en piezas literarias extremadamente complejas de plasmar en fotogramas, creo que hay adaptaciones de En busca del tiempo perdido o de Ulises, pero, evidentemente, nunca serán capaces de trasladar ni una mínima parte del “todo” de la primitiva versión. La literatura ofrece detalles imposibles de trasladar con una cámara.

Un repaso general de novelas que han atraído a directores cinematográficos nos daría un amplio espectro tipológico: desde joyas de la literatura universal (El tambor de hojalata) hasta best-sellers varios (El código da Vinci o La casa de los espíritus) pasando por los clásicos de aventuras (Robinson Crusoe, El conde de Montecristo, Oliver Twist...) o la novela costumbrista (Arroz y tartana, Fortunata y Jacinta) por no mencionar los clásicos del terror (Drácula, Frankenstein, El Doctor Jekyll...).

Me gustaría conocer vuestras ideas sobre el tema. ¿Os seducen las adaptaciones cinematográficas de libros o las aborrecéis porque “la novela siempre es mejor”? ¿Conocéis casos curiosos donde la archisabida máxima se transforme? ¿Qué versión fílmica es vuestra preferida? ¿Cuál detestáis más que ninguna? En general, ¿son o pueden ser el cine y la literatura buenos amigos?
(Duchamp)

15 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tienes mucha razón en lo que dices de que una película no es necesariamente peor que el libro sobre el que se basa. Es más, yo creo que no hay que sospechar de las películas hechas sobre libros, pero sí de los libros hechos sobre películas. Ahí hay una incursión de la imagineria en lo literario.

Por otra parte, la incapacidad de adaptar "En busca del tiempo perdido" o "Ulises" a la pantalla no es sólo cuestión de detalles, sino que creo que está en que son novelas muy interiores, muy psicológicas, y, aunque hay películas también de ese mismo género, lo son siempre basándose en una exterioridad.

01:36  
Blogger Hilvanes y Retales said...

En Desayuno con diamantes yo creo que la película superó al libro. Pero esto es una rara excepción. En los casos donde nos encontramos con películas excelentes basadas en libros como es la colmena o como la gata sobre el tejado de zinc, además del libro que hay detrás, creo que no podemos olvidar los actores. Actualmente creo que hay un vuelco en la tradición. Si antes el cine se inspiraba en la literatura, creo que cada vez con mayor frecuencia, los escritores se inspiran en el cine. Y quizás sea este el motivo de que la literatura está más depurada en el estilo y en la trama, porque es un intento de visualizar fotografías, como en el cine.

De cualquier forma, yo me quedo siempre con el libro, pero que no me quiten con la muerte en los talones de mi DVD !!!

03:16  
Blogger pies diminutos said...

Counter, tengo curiosidad por conocer algún libro basado en película, conoces algún ejemplo? Y tienes razón al explicar donde está esa dificultad, no quise extenderme sobre el tema porque el post no iba sobre eso en concreto, pero es cierto que las películas sobre libros demasiado íntimos o psicológicos, fallan (ya que no tienen medio posible, o aún no se ha descubierto) al intentar plasmar al completo la complejidad de un interior humano... realmente, creo que la literatura es el arte que ejerce está función con mayor soberanía.

Hilvanes, conozco otra excepción muy típica de película que supo superar al libro (y hay que tener en cuenta que esto suele pasar con los libros que son malos), El Padrino. La peli es excelente y el libro de Mario Puzzo no le llega ni al tobillo.

Tienes razón con lo de que cada vez se novela más teniendo en cuenta el efecto fílmico que el literario, hay una contaminación que llevaba al extremo puede ser nefasta para el género. Pero también es verdad que las personas cada vez están más acostumbradas al moviento y rapidez de lo audiovisual y que las novelas morosas ya sólo cuentas con seguidores fieles pero minoritarios... ¿adónde nos lleva esto?

04:41  
Anonymous Anónimo said...

Pues yo no he leído ninguno, ni sé si existen muchos, pero como las meigas, haberlos los haylos. Un ejemplo, "El piano", del que se hizo un libro después de la película.

Una amiga de la que aprecio, en general, su sensibilidad me dijo que estaba leyendo un libro muy bueno (ese, precisamente). Al pregúntarle yo cual era, me dijo que era un libro que se había hecho sobre la película, que no es mala, pero no pasa de ser la típica tragedia romántica de inspiración novecentista. Yo le respondí que sospechaba de un libro sacado de una película.

02:06  
Blogger Alicia Liddell said...

Es normal que las películas basadas en libros nos defrauden. Mientras leemos recreamos,imaginamos escenas, personajes, paisajes ... Y eso es sólo nuestro. Nos pertenece únicamente a nosotros. Cuando vemos la película vemos la visión del director o del productor que, obviamente, poco o nada coinciden con la nuestra. No vemos a tal actor como protagonista ni creemos que el tono de voz sea el adecuado o que la habitación sea así o asá.
Además, la película nos muestra en imágenes todas las descripciones.
Al final, con suerte, de lo que leemos a lo que vemos sólo hay en común el argumento ... y no siempre.
Yo sólo puedo decir que sólo recuerdo una película que no me defraudó respecto a la novela, no que la considere mejor, "El nombre de la rosa".
Y en cuanto a películas que superen novelas, bueno, eso es fácil si la novela es mala. En ese caso diré que "El príncipe de las mareas". La novela es pura bazofia, mientras que la película es un correcto melodrama. Nick Nolte está inmenso.

06:08  
Blogger Antígona said...

Cuando me planteo este tema siempre pienso en "Sostiene Pereira". Vi primero la película, que no recuerdo de quién es, y me encantó. Cuando al poco di con el libro de Tabuchi por casualidad y lo leí la decepción fue enorme. Estaría tentada de decir que el director, sin llegar a hacer una gran película, hizo algo realmente digno de un libro que experimenté como bastante mediocre.

Hay otros casos en los que una adaptación cinematográfica, sin desde luego suplir la lectura del libro, consigue sin embargo aportar aspectos ausentes de él que lo enriquecen o constituir una creación que, en otras claves, quedaría a la misma altura. Pienso en Fahrenheit 451, pero claro, es que Truffaut es mucho Truffaut.

¡Un beso!

11:36  
Anonymous Anónimo said...

Venerada Pies
Te había dado por perdida y mi sorpresa : no sólo haxs vuelto, sino que el que se perdió fuí yo...
Me alegra saber de tí , lo juro.
El padrino es un ejemplo de lo que dices, también Descalzos por el parque con una Jane fonda y un Robert redford magistrales, y española Bajarse al moro.

00:45  
Blogger pies diminutos said...

Estima Lord, también es una alegría para mi el recuperar tus visitas! Efectivamente, "Bajarse al moro" es un buen ejemplo, por otro lado, es muy recomendable también la lectura del texto dramático de Alonso de Santos.

Espero que todo te vaya bien y te envío un beso!

05:08  
Blogger pies diminutos said...

Lord, quería decir estimaDO...

Alicia, creo que has explicado muy bien uno de los puntos donde reside el desagrado que produce al lector la versión fílmica, el desencanto producido por el desacuerdo del film con nuestra fantasía previa. Quizá por eso a las personas que antes no han leído el libro, la película gusta más que a las que conocen la versión escrita.

Y sí, qué descuido haber olvidado "El nombre de la rosa". Gracias por mencionarla, es un ejemplo perfecto de no desmerecimiento.

Besos y me alegra tenerte por aquí, de verdad.



Antígona, en cuanto a lo de “Sostiene Pereira”, ya eres la segunda persona que conozco que desestima el libro, a mi pareja no hace mucho le pasó lo mismo, le decepcionó bastante... En cuanto a Fahrenheit, gracias por anotarla, la estética retro que aporta la película estaría en la línea de lo que tu señalas como innovaciones al texto, no? Gracias y besos.

05:14  
Blogger Fackel said...

¿Y qué decir de la película "El Sur"? Del libro apenas se habló, pero qué impresionante película de Víctor Erice...

13:46  
Blogger pies diminutos said...

Fackel, no conocía ni el libro ni la película, pero del director he visto "El espíritu de la colmena" y me impactó mucho. Así que la apunto y a probar suerte a ver si la encuentro.

Besos!!

03:28  
Blogger koolauleproso said...

Complejo asunto este desde siempre. Literatura y cine mantienen una relación compleja, desde luego. Yo, que me considero bibliófilo y cinéfilo a partes iguales(*)(no podría vivir sin cine, pero tampoco sin libros) creo que no hay superioridad de un arte sobre otro.
Por ejemplo, Hitchcock, que era muy listo, siempre solía partir de novelas mediocres para llevar el argumento a su terreno, y transformarlo, normalmente, en una obra maestra (así, de la muy menor "De entre los muertos" de Boileau y Narcejac, surge la magistral, "Vértigo", por poner un ejemplo).
Así mismo, se sentía incapaz de adaptar una gran obra de la literatura, y de hecho, creo que nunca lo hizo.
Dostoyevski, Tolstoi, Clarín no aparecen por su cine, a no ser como referencia indirecta.
Como dice mi buena amiga Antigona, una buena adaptación (incluso para mi gusto, hata superior al libro es "Farenheit 451", con la que Truffaut tradujo admirablemente a imágenes la novelita de Bradbury.
Bueno, para ser mi primera incursión por aquí me he enrollado ya bastante, así que lo dejaré aquí.

(*)Ver la larguísima, casi interminable entrada en mi blog "Filias y fobias de un leproso".

Besos desde la "leprosería"

02:10  
Blogger pies diminutos said...

Señor Leproso, gracias por su extenso y enriquecedor comentario. Olvidar en este post al gran maestro del suspense sería un crimen ;-) "Vértigo" es una de las pocas películas que nunca me cansaría de ver porque cada nueva ocasión da un fruto sorprendente. No conozcon la versión literaria pero, como tú dices, a su lado resultaría mediocre, verdad?

En fin, un placer haberte conocido y hasta pronto!

PD: ¿Podrías decirme el porqué de tu nick? Me reconcome la curiosidad.

08:52  
Blogger pies diminutos said...

Ay, vale, que acabo de darme una vuelta por tu estupendo blog (escribes muy bien) y ya he sabido de donde proviene el nick... antes lo tenía que haber hecho...

08:58  
Blogger HLO said...

El cine y la literatura son agua y aceite: se mezclan tan mal que hay que echarle otro ingrediente para que liguen. Por ejemplo, tomate. O sexo.

09:48  

Publicar un comentario

<< Home


Estadisticas web