10/11/07

Vida / Arte


Un hombre pasa con un pan al hombro
¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo
¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?

Otro ha entrado en mi pecho con un palo en la mano
¿Hablar luego de Sócrates al médico?

Un cojo pasa dando el brazo a un niño
¿Voy, después, a leer a André Bretón?

Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre
¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?

Otro busca en el fango huesos, cáscaras
¿Cómo escribir, después del infinito?

Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente
¿Hablar, después, de cuarta dimensión?

Un banquero falsea su balance
¿Con qué cara llorar en el teatro?

Un paria duerme con el pie a la espalda
¿Hablar, después, a nadie de Picasso?

Alguien va en un entierro sollozando
¿Cómo luego ingresar a la Academia?

Alguien limpia un fusil en su cocina
¿Con qué valor hablar del más allá?

Alguien pasa contando con sus dedos
¿Cómo hablar del no-yó sin dar un grito?

César Vallejo
Poemas humanos, 1939


(Matisse)

13 Comments:

Blogger Fackel said...

Terrible y admirable Vallejo: uno de los míos, emocionante leer sus poemas en alta voz...¿Conoces/recuerdad "España. aparta de mi ese cáliz"...? Siempre tan oportuna, Ps.Ds.

06:20  
Anonymous Anónimo said...

Ese poema es de los que más me gustan de César Vallejo, acaso el poeta más esencialmente 'humano' de la literatura en español. Hay otros muchos que me conmueven, pero si tuviera que elegir, ahí está también su:
"Considerando en frío, imparcialmente, /que el hombre es triste, tose y, sin embargo,/ se complace en su pecho colorado;/ que lo único que hace es componerse/ de días;/ que es lóbrego mamífero y se peina..."
Un abrazo.

08:28  
Blogger pies diminutos said...

César Vallejo, El Poeta. Al menos para mí, el mejor.

Fackel, cómo no recordar ese poema, ese viejo dos en el cuaderno de cada niño español me va a perseguir toda la vida. Ha pasado el momento histórico para el que fue escrito pero el poema sigue calando en cada lector, verdad? Como pasa con la buena literatura.

Juan, qué gozada, coincidimos en poema preferido, de verdad! Ese final "¡Qué más da! Emocionado... Emocionado...", después de cientos de lecturas, sigue poniéndome la piel de gallina. Otro que me pierde es el de "Traspié entre dos estrellas". Y luego está el de los golpes tan fuertes que da la vida o el de pobre mono, salud y sufre... y los dedicados a su madre con aquello de "Tahona estuosa de aquellos mis bizcochos"... qué sé yo, creo que cada uno de sus poemas tiene algo que me arrastra y alucina.

Me alegra compartir esta pasión!

Muchos besos!

12:41  
Anonymous Anónimo said...

Precisamente por todo eso, se deben hacer todas esas cosas. La belleza como empalizada contra la miseria y la mezquindad.

00:31  
Blogger pies diminutos said...

Counter, esa es una lectura "perversa" del poema en tanto lectura no deseada por el propio poeta, pero una lectura aceptable, por supuesto que sí, y que además me ha sorprendido mucho. Sin embargo, yo prefiero la lectura recta. Te diré...

Precisamente, él condena esa empalizada que crea la cultura y el arte, ese solapamiento de las injusticias, la desgracia humana y lo más elemental y cotidiano. La cultura nos aleja de la vida real, y César Vallejo nos recuerda que hemos de estar en contacto con ella SIEMPRE.

¿Qué es más Importante, el psicoanálisis o el hambre? ¿Las teorías intelectuales o las Personas? Me encanta este poema porque mis estudios hacen que muchas veces pierda la noción de la realidad y es algo que nunca deseo que me ocurra. La sonoridad de un soneto de Darío es una gozada, pero nunca puede hacerme desviar la atención de lo más fundamental, la formación y el futuro de esos niños que cruzan el semáforo de mi calle, por poner un ejemplo.

Besos!

11:53  
Blogger fractal said...

Paradojas y contradiccíones de hoy, tan dificiles de contemporizar.

También, en Muro Noroeste: "Nadie es delincuente nunca. O todos somos delincuentes siempre".

Un saludo, pies.

08:47  
Blogger pies diminutos said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

12:01  
Blogger pies diminutos said...

oh! "Escalas melografiadas", verdad? La prosa poética de Vallejo...

Y sí, todo el poema es una paradoja, la paradoja vital de los intelectuales o los artistas...

Besos, Frac.

12:01  
Blogger princesadehojalata said...

Precioso poema. Gonzalo rojas lo expresó muy bien: "Ya estaba todo escrito cuando Vallejo dijo: todavía."
A sus pies.

14:54  
Blogger pies diminutos said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

01:29  
Blogger Jesús Sanz Rioja said...

Pero, y si no, ¿qué? ¿Te pegas un tiro?

(El poema es bueno, que conste).

05:11  
Blogger pies diminutos said...

No hombre, no creo que sea cuestión de pegarse tiros, al menos yo no lo interpreto así, no veo que el poema nos proponga como solución a tantas contradicciones la muerte... Quizá la solución va más por la reflexión o la lucha, no sé.

Yo creo que lo que Vallejo pretende transmitirnos es la dificultad de escribir o leer o tratar sobre asuntos intelectuales, teóricos o culturales cuando en el mundo, a tu alrededor, la realidad necesita tantos cambios, tantas mejoras. En resumen, tal y como brevemente apunto en el título del post, se trata de la vieja dicotomía vida / arte.

Lógicamente, no vamos a dejar de leer a Freud o de oír a Chopin porque en la calle haya un vagabundo con frío (nos volveríamos locos, necesitamos evadirnos de tanto en tanto), pero sí que es bueno preguntarse si es "justo" que nosotros estemos disfrutando de un magnífico poema de Vallejo, por ejemplo, mientras existen tantísimos analfabetos... algo falla ahí, y eso es lo que denuncia este poema.

Por cierto, bienvenido Jesús. Un abrazo.

06:32  
Blogger pies diminutos said...

Ay! Quería suprimir uno de mis comentarios que hice repetido, pero suprimí sin querer mi mensaje a Princesa, que era un muchas gracias por la cita que ha aportado y también un elogio a Rojas, que me encanta.

12:47  

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