Donde acaba el 1 y empieza el 2
“El hombre que ignora a qué temperatura , con que suficiencia acaba un algo, y empieza otro algo; que ignora desde qué matiz el blanco ya es blanco y hasta donde; que no sabe ni sabrá jamás qué hora empezamos a vivir, qué hora empezamos a morir, cuándo lloramos, cuándo reímos, dónde el sonido limita con la forma en los labios que dicen: yo... no alcanzará, no puede alcanzar a saber hasta qué grado de verdad un hecho calificado de criminal “es” criminal. El hombre que ignora a qué hora acaba el 1 y empieza a ser 2, que hasta dentro de la exactitud matemática carece de la incontestable plenitud de la sabiduría ¿cómo podrá nunca alcanzar a fijar el sustantivo momento delincuente de un hecho, a través de una urdimbre de motivos de destino, dentro del gran engranaje de fuerzas que mueven a seres y cosas enfrente de cosas y seres?
La justicia no es función humana. No puede serlo. La justicia opera tácitamente, más adentro de todos los adentros, de los tribunales y de las prisiones. La justicia ¡oídlo bien, hombres de todas las latitudes! Se ejerce en subterránea armonía, al otro lado de los sentidos, de los columpios cerebrales y de los mercados. (...)
La justicia sólo así es infalible; cuando no ve a través de los tintóreos espejuelos de los jueces; cuando no está escrita en los códigos; cuando no ha menester de cárceles ni guardias.
La justicia, pues, no se ejerce, no puede ejercerse por los hombres, ni a los ojos de los hombres.
Nadie es delincuente nunca. O todos somos delincuentes siempre.”
CÉSAR VALLEJO, “Escalas melografiadas”
El día 1 de agosto de 1920, César Vallejo se ve envuelto en un grave amotinamiento político en el que se produce un muerto durante el saqueo e incendio del principal comercio de la localidad. Al parecer, Vallejo sólo había tomado parte como conciliador, pero el 31 de agosto es acusado como instigador de los sucesos y el 7 de noviembre es detenido y encarcelado en Trujillo. Los tres meses y medio en prisión dejarán un honda huella en su espíritu que se reflejará en toda su obra posterior. En la cárcel escribirá “Escalas melografiadas”, un libro significativamente vanguardista, siempre dentro del estilo personalísimo del autor, y una obra poco conocida, como ocurre con toda la prosa vallejiana, considerada hija menor de su poesía.
Las reflexiones sobre la justicia son unos de los pilares de “Escalas...”. Y el fragmento de más arriba habla por sí solo:
¿Dónde está el límite para establecer lo que es o no crimen?, ¿quién lo inventa?, ¿el hombre, ese ser que comente las injusticias más atroces?
Si el hombre es inexacto por naturaleza, si el tránsito del blanco al negro es indefinible, cómo poseemos la valentía de arrogarnos la capacidad de juzgar a otro ser humano “justamente”.
Y ¿qué es “justamente”? ¿Aquello que se amolda a las leyes y códigos? ¿Aquellos que moralmente encontramos “bueno”?... pero ¿dónde, dónde esa frontera, ese límite, esa línea entre lo bien y mal hecho?
¿Es la justicia siempre justa o nadie es delincuente nunca y todos somos delincuentes siempre?
4 Comments:
Precioso el nombre de tu blog. Funciona mejor que como microcuento, porque uno tiene ganas de saber qué pasa con colorín colorado. Nos iremos enterando; para empezar ya sabemos que tiene los pies pequeños y que ama los libros.
hola pies diminutos:
sobre las películas dobladas tenemos opiniones distintas pero no por la calidad, sino a causa de la crianza. Cuando toda tu vida ves el cine en su idioma original y desde niña aprendes a leer subtítulos para ti eso es lo natural. Cuando el doblaje es parte de tu experiencia cotidiana con el cine es probable que veas sus ventajas, lo disfrutes y lo defiendas, incluso sepas distinguir el bueno del malo. Pero yo ya no puedo cambiar, para mi, por como aprendí a ver el cine, una pelicula doblada no es disfrutable e incluso prefiero no verla (si, aunque me este perdiendo de lo demás, pero aqui siempre puedo conseguirlas con subtitulos). Pero no demerito los doblajes, es simplemente que, como dice juan gabriel, "no cabe duda que es verdad que la costumbre es mas fuerte que el amor".
Otra razón es que me encantan los idiomas y el cine es como aprendi el inglés y el francés, y me fascina escuchar idiomas de los que no sé nada en las peliculas, no quiero perderme de eso.
Además mi comentario era en con ánimo de bromear cuando todos los demás tal vez se estaban tomando las cosas más en serio.
:)
Muy sugestivo el fragmento que has puesto de Vallejo. Admiro su poesía, sobre todo Heraldos negros, pero soy un absoluto desconocedor de su prosa.
La justicia únicamente puede existir como ideal hacia el cual se tiende, nunca como absoluto. Es algo que se persigue, a lo que a veces nos acercamos y las más veces andamos bien lejos.
Un saludo.
Me alegra que escribas de Vallejo, es uno de mis favoritos. Además, no creo que pueda haber poesía auténtica si no hay continuidad entre la vida del poeta y su actividad creativa. Cuando Vallejo hablaba (en verso o en prosa) de hambre, frío, pobreza o enfermedad, sabía de lo que hablaba.
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