5/9/06

Ja, jajajaja, ja

En vista del éxito de mi anterior post (inesperado, por otra parte) me he visto reflexionando y escribiendo este comentario para todos los que habéis tenido la atención de dejarme unas líneas. Y para los que deseen leerlo, claro. Allá va.

Alicia, sí, sí, he hecho la prueba del poema dadá, debe estar guardada entre los apuntes de bachillerato. Lo que sale, como podéis imaginaros todos, es una locura, pero eso precisamente quería Tzara.

Este señor nos propone un juego, y atreverse a jugar no nos hará grandes poetas, pero nos enseñará a reírnos de éstos. Las vanguardias pretendían dinamitar toda la cultura anterior a ella para empezar de cero, querían burlarse del arte establecido, del arte burgués anquilosado.

Evidentemente, Tzara no pretende que con este método nos convirtamos de la noche a la mañana en Ángel González, sino que aprendamos a no entronizar el arte, a perderle el respeto, a tomarlo como un divertimento y a, sobretodo, reírnos, reírnos.

Como bien apunta Joselito, las vanguardias nos legan la idea de que cualquier cosa puede ser arte, pero también nos dan la clave para no creérnoslo demasiado. Nos dotan de un espíritu histriónico, nos dan la ironía, la risotada, que rebaja el arte más sublime al nivel del puro juego.

Y, sobre todo, nos dan la libertad y la democracia. Desde el momento en que es posible hacer un poema sobre recortes de periódicos, los poetas dejan de pertenecer al Olimpo y se convierten en seres comunes.



A mí, la propuesta de Tzara, me parece paralela a la que nos propone Malevitch con su cuadrado negro sobre cuadrado blanco. Es una puerta abierta a cualquier cosa. ¡Viva la libertad! ¡Fuera los límites, los impedimentos académicos, las barreras del clasicismo! ¡Todos podemos crear, ser artistas, el arte es nuestro!

Claro, todos sabemos que esto es falso, a mí me gustaría pintar como Kandinski, y no sé, ni puedo hacerlo, pero los vanguardistas son los únicos que nos invitan a una fiesta fantástica donde imaginar que todo es posible en el arte, que hay que transgredir las normas a cada instante, y reír, reír muchísimo. Y, por eso, entre otras cosas, son maravillosas las vanguardias...

No sé si he desbarrado mucho porque el tema en cuestión me emociona demasiado y no me puedo controlar como debiera, pero más o menos he aclarado el significado de ese texto de Tzara que os había dejado desamparado de comentario.

En fin, voy a mirarme los pies mientras espero que vuelvan las vanguardias...

8 Comments:

Blogger El Miope Muñoz said...

Tzara, el vanguardista más imitado de todos los tiempos.


Y lo de saber es poder se puede interpretar tal cual en un sentido idealista pero Foucault pone el ojo en que el poder es siempre el que ha gestionado la sabiduría (sus canales) a lo largo de la historia de la humanidad. Tan verdadero como certero.

05:40  
Blogger Lentitud said...

El peculiar tratamiento que William Burruoghs hace del lenguaje lo llevará a la invención del método CUT-UP (cortar y pegar) aplicado a la narrativa, consistente en recortar un texto en múltiples fragmentos, agitarlos hasta mezclarlos aleatoriamente y, finalmente recombinarlos tal y como vayan surgiendo de los inexorables designios del azar. Dicho método ha dado lugar a novelas enteras de Burroughs, quien lo ha llegado a utilizar durante entrevistas periodísticas por medio de la combinación de tres o más cintas magnetofónicas grabadas con distintos discursos mezlados de forma inconexa.

En 1959, el artista plástico Brion Gysin le comentó a Burroughs que "la literatura estaba cincuenta años atrasada con respecto a la pintura". Le sugirió, siguiendo el ejemplo de movimientos de vanguardia como los dadaístas y los surrealistas, que usara técnicas de collage en su escritura. Burroughs y Gysin experimentaron con montajes de texto e imágenes, por ejemplo, superponiendo discursos presidenciales y fragmentos de Rimbaud o Shakespeare. Burroughs había utilizado sin saberlo la técnica del cut-up en "El almuerzo desnudo", pero el comentario de Gysin lo liberó de sus prejuicios y lo invitó a continuar experimentando.

Dijo el crítico Robin Lydenberg: "en lugar de licuefacción condensada en una sola imagen, Burroughs crea una aleatoria, infinita variedad de implosiones y explosiones, el ritmo pulsante mismo de la vida". Esto es, una manera de expresar múltiples visiones por medio de la mezcla de hechos disparatados, ciencia ficción e imaginería para hallar puntos de convergencia que antes estaban escondidos.

http://www.cinefania.com/cinebraille/burroughs.shtml

08:23  
Blogger E. G-Máiquez said...

Lo que está claro es que Tzara no hizo su poema de abajo con recortes de periódicos. No nos hubiésemos reído, no habría salido tan gracioso.

14:05  
Blogger pies diminutos said...

Ok, Alvy, seguramente la frase es ambigüa o tiene diferentes siginificados o lecturas.

La lentitud, muchísimas gracias por tu información. Me ha parecido muy interesante y lo desconocía.

Máiquez, el texto de Tzara, por lo que tengo entendido, no es un poema, son unas instrucciones dadá, una especie de programa o manifiesto de la poesía dadaísta. Pero Tzara te hubiese dejado pensar que es un poema, claro.

14:42  
Blogger Sir Alsen Bert said...

A mí, lo que no deja de sorprenderme es la capacidad que tienes con sólo veintiún añitos, la verdad.

Molar, mola, piececillos

16:24  
Anonymous Anónimo said...

Muy esclarecedora la entrada, y muy acertada el negro sobre blanco que lo ilustra.
[Un abraç, bonica. Està eixin-te un bloc de molta qualitat i alhora molt entretingut. Veus com havies de començar prompte... Fins ara]

05:38  
Blogger Santino said...

Me apena llegar tarde a esta discusión, porque sé que aunque todavía no está cerrada, entiendo que nadie me responda; pero aún así creo necesario hacer una aportación al tema.

Estoy en parte de acuerdo con lo que dices, y de algún tiempo a esta parte he suavizado bastante mi opinión hacia estos movimientos, porque como tú dices, es importante que exista una buena dosis de autocrítica y de risa, algo muy característico de la modernidad.

Sin embargo, no tiene sentido pensar en la continuidad de las vanguardias por los motivos que voy a desarrollar a continuación.

Octavio Paz en el libro Apariencia desnuda pondera las virtudes artísticas de Marcel Duchamp, y afirma que los ready-mades son obras de una intensa exquisitez intelectual. Duchamp tiene el mérito de estar rompiendo, innovando, llamando la atención sobre objetos cotidianos y convirtiéndolos en una reflexión acerca del concepto de arte. Su fórmula tiene éxito, y los que vienen detrás lo imitan en lo general. Por eso, Octavio Paz defiende a Duchamp y ataca a sus posibles imitadores.

Acepto que históricamente las vanguardias tuvieron un significado: el arte necesitaba aires nuevos, empezaba el siglo XX, la modernidad, y era necesario depurarlo de todo lo que sonara a antiguo. Las vanguardias cumplieron una labor importantísima: sin ellas no podríamos entender las grandes revoluciones artísticas del siglo XX, e incluso llegaron a repercutir en el pensamiento y en la filosofía.

Sin embargo, la trampa de Dadá estaba en el propio Dadá: en su seno existía la semilla de la destrucción. Un movimiento que ataca absolutamente a todo no puede menos que atacarse a sí mismo en poco tiempo. Las vanguardias son por naturaleza perecederas, movimientos intensos pero muy cortos en el tiempo. Se destruyen a sí mismas.

Creo que todo este problema parte de un concepto malinterpretado por los románticos de la originalidad, algo también lógico teniendo en cuenta el carácter del arte anterior, pero los extremos siempre son parciales. En la actualidad tenemos la suficiente perspectiva para hacer una labor de síntesis de extremos y llegar a un acuerdo.

Creo que resucitar las vanguardias de nuevo supondría volver a perder perspectiva, quedarse con una única parte de las cosas. Además, no se puede resucitar algo como las vanguardias, porque supondría imitarlas, y eso va de lleno contra el concepto de vanguardias en sí.

Las vanguardias abrieron un sinfín de posibilidades, pero hoy en día se echa de menos algo más de reflexión sobre el arte y no únicamente la vieja historia de que todo es arte porque la vida es arte, y todo vale.

Por otra parte, y esto ya es personal, considero que el necesitar un excesivo desarrollo teórico para comprender la obra va en detrimento de la propia obra. Si para entender el Gran Vidrio de Duchamp hay que leer un libro tan pesado como Apariencia desnuda de Octavio Paz, esa obra está muy lejos de mis posibilidades.

El problema de las vanguardias es que no se puede saber qué obras tienen detrás un aparato teórico serio, qué obras son puras sensaciones, cuáles producto del azar y cuáles bromas. Porque en esto, como en todo, pero especialmente en esto, hay mucha tomadura de pelo.

Como dices, es importante reír, pero muchas veces no sabes si el artística se ríe de sí mismo, del concepto de arte o del público. En realidad no me importa esto último, pero tal vez ese trabajo no valga el dinero que puede llegar a valer.

En fin, siento haberme extendido, pero como podrás comprobar es un tema que me apasiona este de las vanguardias.

Un saludo.

14:04  
Blogger pies diminutos said...

En primer lugar, Alsen, es verdad, tengo 21 añitos por eso soy muy ignorante en muchísimas cosas, me queda aún mucho por aprender. De las únicas cosas que puedo hablar sin meter demasiado la pata es de literatura y arte (de lo que va este blog, vaya). Espero ser de fiar aunque sea tan joven... :-)


Santino, muchas gracias por tu larga intervención, no llegas tarde, nunca es tarde si la dicha es buena, y en este caso es buenísima, puesto que el tema nos apasiona a los 2 y ha pasado lo que yo quería, que alguien me diera un contrapunto.

En tu comentario hay muchas cosas que era necesario recalcar y con las que estoy de acuerdo, pero no las puse en el mío por voluntad de ser breve y centrarme en una aspecto de los cientos de las vanguardias (el humor corrosivo). No quería ponerme pesada o especifica. No sabía si el tema era bien acogido o no interesaba demasiado. Me alegro de haberte encontrado!

Para empezar, quiero decirte que mi última frase del texto, era un guiño, una simple broma, evidentemente las vanguardias tuvieron su momento y su fin, circunscrito a una época histórica muy concreta, y no espero que vuelvan, en todo caso me gustaría ir en una máquina del tiempo al cabaret Voltaire, en Zurich... pero eso ya es otro cuento... siento haberte incitado a malinterpretarme.

A las vanguardias no las vamos a coger con un saco y a colocarlas en el 2006, claro, pero, desde mi punto de vista, tampoco relegarlas a un rincón, sobre todo teniendo en cuenta que se trata del último gran movimiento artístico y cultural que afectó a todo Occidente, incluida hispanoamerica. Lo que más bien estoy esperando yo es la llegada de un movimiento así de enorme, con otro nombre, otras gentes, otros postulados, claro, pero tan revolucionario universalmente.

Además, estamos hablando de ir más allá de las vanguardias, de esperar otra eclosión cultural que somueva los cimientos artísticos, y cuando voy a los museos a ver exposiciones de arte actual me encuentro con los hijos de Duchamp o de Warhol o de Rodchenko... ¡Si aún se está bebiendo de ellas!

Dadá no significaba nada, estaba abocado al nihilismo más puro, al sinsentido, a una rápida muerte. Las vanguadias eran como bengalas, luminosas, divertidas, efímeras. Y sin embargo, hace casi 100 que pasaron y aún estamos dándoles vueltas, los artistas, los críticos, los teóricos, nosotros... algo hicieron para no destruirse del todo. Propones una labor de síntesis de extremos, ¿y porqué no un empezar de cero de nuevo, como ellas hicieron? Tú mismo me estás diciendo que hay que recuperar cosas de las vanguardias para crear otro movimiento, pero ¿no se habían destruido? No es tan fácil prescindir de ella... a veces pienso que quebraron tanto la institución arte que estamos en una viaje sin retorno, perdidos, sin futuro artístico innovador... tengo ganas de que algun artista me desmuestre que ellas no lo crearon todo, la verdad.

Respecto a tu problema con el aparato teórico, sí, supongo que sin bases cuesta descifrar una obra vanguardista. Apelamos entonces a nuestra propias bases y códigos, desciframos como nosotros queremos, dándole el significado que más nos llene. Y, bueno, a mí me funciona siempre, pero no sé si otra personas lo admiten: yo disfruto sólo con el placer estético que me ofrece una obra, y aunque no logré llegar a su fondo, su forma ya me deleita. Pero es cuestión de gustos o disposiciones ante una pintura o lo que sea.

Ah! Reírse se ríen de todo, de ti, de mí, del crítico de ese periódico, de los sabios, de la vecina, de ellos mismos... y sobre el dinero, yo te aseguro que pagaría más gustosamente por un collage de Hanna Höch que por un Rubens... la gente dice "eso lo hace cualquiera", muy bien, hazlo tú... no sabes... ya, pues él fue el primero y la originalidad también se paga.

Debería estar estudiando, así que voy a parar Santino. Un abrazo! Me ha gustado mucho debatir tus ideas, no sé si lo mío ha quedado claro porque tengo mucha prisa y no quería irme sin contestar. Te espero más por mi blog!

01:44  

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